A veces, el deporte se convierte en el mejor de los docentes. Las lecciones pueden ser sumamente útiles para la vida y en ocasiones, ayudan a los atletas a enfrentar las situaciones más difíciles. Para el británico Ben Dijkstra, la enseñanza es un poco más simple, aunque ha dado provocado cambios positivos en su vida:
“Aprendí a que nunca me tengo que poner los anteojos de sol sobre la cabeza en los 10 metros finales de una carrera o sentir confusión en una zona de transición.”
En 2014, Dijkstra recibió la medalla de oro de los Juegos Olímpicos Juveniles en Nanjing, China. Medalla de oro que ganó superando un déficit de 23 segundos al salir del agua, confusión en la segunda transición y una definición por foto en la llegada. La victoria vino con la excitación y emoción de enfrentar inconvenientes satisfactoriamente, la experiencia fue inolvidable para este joven de 17 años.
Nacido en Loughborough, Inglaterra, Dijkstra creció en un entorno propicio para la carrera a pie. Se sintió atraído por la competencia de larga distancia y cross country, y disfrutó del éxito a una tierna edad; ganó múltiples carreras desde los ocho años. Dijkstra solía correr con sus anteojos de sol de la suerte – creía que a ellos se debían sus primeras tres victorias- , como intuyendo el rol importante que jugarían sus gafas ocho años más tarde en Nanjing.
Algunos años después, Dijkstra decidió que quería probar nuevos desafíos. Frecuentemente pedaleaba por senderos en la montaña junto a su padre, y se le ocurrió intentar un nuevo deporte que combinara las dos disciplinas: el triatlón.
“Solía salir en bicicleta con mi padre, había senderos cerca de casa, así que pensé que tendría que soportar el agua si quería disfrutar las otras dos disciplinas. Hice mi primer triatlón, fue una competencia local y me quedé completamente fascinado con el clima generado. Me encantó, ese año hice tres triatlones,” dijo Dijkstra.
Dijkstra era un corredor experimentado y tuvo la fortuna de contar con un entrenador pedestre fenomenal, mismo entrenador que lo llevó a competir cuando estaba en la escuela primaria. Pero necesitaba perfeccionar su natación. Cuando se inició en el deporte, nadaba 300 metros en seis minutos, ahora, ha progresado a 500 metros en el mismo tiempo, salto de calidad, y logro personal para el joven británico. Ben acredita su mejora a la ayuda que recibe de sus entrenadores y se enfoca en la técnica en el agua.
Y mientras que Dijkstra desea entrenar más para mejorar su tiempo en el agua, recordamos que solo tiene 17 años, está en décimo segundo año de la escuela secundaria trabajando en sus exámenes AS e intentando ser un adolescente normal que disfruta de su vida social. El equilibrio entre escolaridad y entrenamiento lo mantiene ocupado; la mayoría de los días se relaja con amigos cuando tiene tiempo o recupera sueño perdido. De lo contrario, entrena antes y después de la escuela. Por suerte para Dikjstra, vivir en Loughborough le permite estar rodeado de triatletas talentosos lo que hace más fáciles las cosas.
“Nado con un escuadrón y pedaleo con ellos cuando tengo más tiempo y puedo acomodar mi trabajo de la escuela. El triatlón es importante acá, está muy bueno tener a mano a atletas como Sophie Coldwell y Matt Sharp y entrenar con ellos porque te empujan y entonces puedes maximizar tu entrenamiento, es una bendición vivir en un ambiente privilegiado.”
Tanto trabajo duro y las largas horas de entrenamiento rindieron frutos en 2014, cuando la carrera de Dijkstra dio un giro: pudo competir una carrera internacional, esprintar hasta la meta y representar a su país por primera vez. También participó en los Juegos Olímpicos Juveniles en Nanjing.
Al referirse a su experiencia en China nos dice, “Fue increíble. Me gustó cada segundo que estuve allí. Ahora que tengo un poco más de tiempo aprendí a apreciar lo importante que fue la experiencia de un Juego Olímpico. Fue la oportunidad de mi vida.”
“También hice muy buenos amigos, todavía los veo. Estas relaciones son importantes porque como todos nos movemos de acá para allá, y todos tenemos edades similares, las cosas se dan naturalmente.”
La medalla de oro es una de las razones que hacen que Nanjing sea inolvidable. Su actuación durante la carrera también es memorable para los que estuvieron ahí. Ben era el más joven de la lista de largada, y la carrera se desarrolló de manera impredecible de principio a fin. Salió del agua con medio minuto de desventaja, pudo presionar en la bicicleta pero una serie de incidentes desafortunados estuvieron a punto de dejarlo sin el oro.
“El video me mostró hacienda un giro de 360 grados, podrían decir que estaba perfeccionando mis piruetas,” dijo Dijkstra con respecto a su confusión en la transición.
Luego, durante el tramo pedestre, su padre le gritó que debía cumplir una pena porque su bicicleta se había caído en la transición. Afortunadamente para Dijkstra, la pena fue eventualmente dejada sin efecto. En la etapa pedestre, el joven británico usó toda su velocidad para pasar a Daniel Hoy (NZL). Los dos fueron cabeza a cabeza hasta los últimos metros. Dijkstra pensó que había presionado lo suficiente para crear una brecha y se sacó las gafas para celebrar. Entonces apareció Hoy y los jueces comprendieron que los dos iban cuerpo a cuerpo, se necesitaría la foto para definir.
Dijkstra fue una fracción más veloz y recibió el oro olímpico.
Recordando el sprint final nos dice, “Probablemente sentí el dolor más grande de mi vida porque quería esa medalla, la quería tanto. Aunque me di cuenta que había ganado recién cuando llegué a mi alojamiento, me senté y sonreí por una hora entera, estaba tan exaltado…”
La victoria de Nanjing fue el comienzo para Dijkstra. Junto con la medalla individual también ganó el oro de la competencia de Relevos Mixtos en Nanjing y luego el bronce de los Campeonatos Europeos ETU este año en Ginebra, categoría juvenil.
Por supuesto que Ben no tiene planeado parar. Con una agenda completa para 2016, Dijkstra quiere mantener su motivación intacta para continuar progresando.
“Quiero que mi carrera profesional sea larga, agrego que mis metas están en los Olímpicos y los Campeonatos Mundiales. A corto plazo, quiero volver a subir al podio en los Campeonatos Europeos y después ir a Cozumel e intentar ganar otra medalla. Sé que es mi segundo año como juvenil, veremos qué pasa. Si estoy en buen estado… todo puede pasar.”
Sin importar qué le depara a este joven atleta británico, los recuerdos de un Juego Olímpico siempre estarán con Ben. Así sea recordándole que no hay que celebrar demasiado pronto, o que siempre hay que aprovechar las oportunidades que ofrece el deporte.
“Repetiría la experiencia una y otra vez. Todavía tengo la bicicleta que usé en Nanjing, la colgué en mi cuarto.”