La Campeona Mundial ITU 2019 Katie Zaferes considera que su preparación previa a las carreras fue clave para su campaña del año pasado en la que se quedó con el título. Y entonces, ¿cómo se maneja en este tiempo de incertidumbre que asola a todo el mundo por las condiciones impuestas por la pandemia?
En casa de sus padres en Maryland, EEUU, Katie nos revela que, como le pasa a mucha gente, las emociones están en un sube y baja. La conexión virtual y constante es de gran ayuda, mientras que la falta de competencias, un patrón de entrenamiento completamente convulsionado y pasar mucho tiempo sin nadar, son algunos de los inconvenientes a enfrentar. De todos modos, Katie se muestra absolutamente agradecida por estar en un lugar confortable en el que recibe tanto apoyo. Además… ¡puede hacer abdominales en piyama!
“Parece que todos pasamos por fases diferentes de aceptación y negación, fluctuamos todos los días entre la motivación, el entrenamiento y todo lo demás. Sé que todos enfrentan esta situación de maneras diferentes, algunos están felices de haber hecho una pausa y otros la encuentran muy difícil, o no saben si podrán continuar un año más porque no lo habían planeado así. Diría que me siento reconfortada por ubicarme en una posición media.”
A mediados de abril y más adaptada a esta nueva realidad, esa comodidad está muy lejos de las decisiones difíciles que debía tomar a principios de marzo, cuando se pospuso la competencia de Abu Dhabi. Katie se había reagrupado en Florida con el equipo de entrenamiento, pero, en cuestión de días, todos se habían trasladado nuevamente.
“Fue tan estresante, todos tenían que volver a Europa lo más pronto posible. Probablemente debieron tomar decisiones con rapidez, ya no teníamos meses para planear un movimiento como normalmente pasa, había que decidirse ya. Tommy y yo lo sentimos por ellos porque al menos nosotros estábamos en nuestro país. Nuestros problemas eran infinitamente menores.”
Luego de la disolución del grupo, la opción obvia fue retornar a la ciudad donde había crecido, al hogar. Katie compró una cinta de correr, pero como se puede hacer ejercicio al aire libre, todavía no la sacó de la caja. Un comentario sobre una foto en la que la vemos pedaleando cuando aún estaba en Florida – momento en el que no había restricciones en los EEUU– sin embargo, dejó su marca en alguien que nunca querría molestar o preocupar a nadie. Es por eso que ahora, Katie prefiere pedalear en casa, y ha comenzado a apreciar los atractivos del entrenamiento virtual.
“Joel (Filiol, su entrenador) me monitorea todo el tiempo. Le dije que mi objetivo es intentar pedalear más que él en Zwift, pero… ¡no creo que él piense que sea suficiente! Estar con tu equipo en persona es irreemplazable, pero siempre es bueno verlos virtualmente, te da alegría, a veces es gracioso.” Nadar es otro tema. No estoy habituada a pasar tanto tiempo lejos de un natatorio, aumenté los ejercicios de fuerza de dos a seis veces por semana, 30 minutos por sesión. Para no perder perspectiva, Katie trabaja con su psicóloga deportiva visualizando técnicas que le ayudan a intentar recrear esos momentos de intensidad que se dan en el agua, y que todos los triatletas conocen tan bien.
“Se trata de sentir el agua, el esfuerzo, el ritmo de respiración. Le envié uno de los ejercicios que hacemos con Joel y ella a su vez me envió esta visualización, en la que usamos todos los sentidos. Ha sido parte de mi programa por algunos años, y pienso que si no puedo nadar, aún me queda esto.”
En cuanto a la reprogramación de Tokio 2020, Katie ya había decidido que el año 2021 sería un año cuasi sabático, luego de haberse esforzado tanto persiguiendo su sueño olímpico y defendiendo su título mundial. De este modo, Katie siente la comodidad de tener otro año para revisar el calendario y los nuevos criterios de clasificación.
“La USAT ha sido de gran ayuda, está en contacto y nos mantiene lo más actualizados posible, pero nadie sabe realmente qué pasa o qué pasará en el futuro. Nos anunciaron muy bien que Yokohama no sería nuestra carrera clasificatoria. Es cierto que siempre queremos más información, pero comprendes que es una situación imposible para ellos, o para la ITU y agradezco que evacúen nuestras dudas. Es bueno saber que las carreras se cancelan hasta julio, pero que podemos pensar que la situación cambiará después. Es positivo pensar que enfrentamos los desafíos, que nos adaptamos, es bueno con miras a Tokio. Es positivo ver que gente de todo el mundo se puede unir con un objetivo común.”
¿Y qué pasa con el ritual nocturno? Bien, es parte de estar conectada. El nuevo ritual nocturno comenzó con su hermana, con quien habla más que nunca durante la cuarentena, y luego encontró otra manera de compartir y conectarse con el mundo.
“Comencé a hacer esto que se llama ‘abdominales en piyama’ y cada noche a las 8pm, hago 10 minutos en Instagram Live. Con mi hermana siempre nos guardamos un tiempo para nosotras, pero en esta situación, nos hemos conectado aún más, y son estas cosas las que ayudan. Inclusive preparé bagels y me encantó. He hecho un poco de cada cosa. Pienso que todo ha cambiado en este tiempo, todos piensan lo mismo. Quiero leer más, desconectar el teléfono y tener más tiempo de calidad con la gente. Esa es mi prioridad en este momento.”