Podcast #50 del Triatlón Mundial. Alex Yee

Desde un accidente en bicicleta que podría haber puesto fin a su carrera deportiva hasta llegar al podio en su debut en la serie, su entrenamiento en cuarentena con su novia y triatleta Olivia Mathias, el compartir la piscina con el Campeón Olímpico Adam Peaty, el oro y la plata en los Juegos Olímpicos y la mansión en Malibú; en unos pocos años Alex Yee sintió estar sobre una montaña rusa.

En el episodio 50 de los Podcast del Triatlón Mundial, el joven atleta de 23 años reflexiona sobre su carrera que es notable sin ninguna duda. Además, Alex revela cuál fue el momento en que sintió más presión en su vida, y lo que se siente cuando Kristian Blummenfelt “ladra” sobre tu hombro. Puedes acceder al episodio completo en Apple, Google y Spotify.


“Regresé a mi escuela preescolar esta mañana,” dice Alex Yee, nuevamente en Londres luego de los meses de competencias. “Habían hecho una pequeña representación y fue muy lindo ver el brillo en los ojos de los niños. Sí, quizás pueda impactar en ellos de alguna manera. Quizás hoy estén más calmados, para suerte de su maestra.”

Yee corrió ‘la milla diaria’ con los niños de la escuela, una de las iniciativas en pos de una vida más saludable que apunta a que los niños salgan del sofá y sigan los pasos de sus ídolos deportivos. El fin de semana previa, Alex había estado en la llegada de la Maratón de Londres para felicitar a la gente cuando cruzaba la meta.

Ya pasaron la intensidad de la preparación olímpica, la batalla por el título mundial con Blummenfelt y el mes de carreras de la Súper Liga… Alex siempre está embarcado en algún desafío. 

“El triatlón está lleno de desafíos diferentes, también presenta muchos obstáculos … siempre estoy listo para aceptar lo que se presente, sea lo que sea. Tengo un gran equipo detrás, gente maravillosa que me apoya.”

Cuando Yee cruzó la meta en Leeds, todo quedó en su lugar para llegar a Tokio, la próxima etapa de trabajo arduo comenzaría inmediatamente. La gente le repetía que debía disfrutar y recordar siempre su primera participación en un Juego. Y Alex decidió seguir el consejo al pie de la letra.

“Puedo pensar en esos 56 minutos y 33 segundos y probablemente pueda decir exactamente qué pasaba por mi mente en ese momento. Y no me pasa en todas las carreras, pero puedo decir con certeza qué pasaba en mí cuando nadaba, pedaleaba, en los relevos, en cada experiencia que viví en los Juegos. Probablemente, podría haber pedaleado con los ojos cerrados por ese circuito que había recorrido tantas veces en mi mente– no fue una obsesión, fue una pasión.”

Ese estado de alerta lo ha ayudado a ser más consciente de la posición de los atletas que estaban cerca, de dónde debía estar en el agua, de cuándo dar ese esfuerzo extra en la bicicleta. Ese fue un factor determinante en una carrera de tal importancia.

“El circuito era extremadamente técnico, la gente se ponía nerviosa… eran los Juegos Olímpicos, había mucho en juego. Es un momento de mucha presión, me tenía que concentrar en lo que hacía en el momento y en lo que haría en los próximos 30 segundos. Intentaba visualizar, concentrarme en el aquí y ahora y estar presente.”

Entrevista completa a continuación.

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