A principios de abril de 2017, la triatleta australiana Lauren Parker se sentía en la cima de su carrera deportiva. Tras llegar segunda en el Campeonato Mundial de Ironman Kona 2015, la joven de 28 años entrenaba 35 horas semanales con una meta en mente: el podio del Triatlón Ironman Australia en Port Macquarie. Una semana antes de la carrera estaba pedaleando temprano a la mañana cuando se estrelló contra un guardrail a 45km/h, Como consecuencia del impacto, Lauren se quebró algunas costillas, se perforó un pulmón, fracturó la escápula, la espalda y la pelvis. Y lo peor; no podía sentir nada de la cintura para abajo.
La chance de volver a caminar se limitaba al uno por ciento según los médicos. Nueve meses después del accidente, Lauren volvió al podio: segunda en el Campeonato de Paratriatlón de Oceanía OUT St. Kilda 2018. En el mismo, que se desarrolló este fin de semana, la joven atleta logró demostrar que solo necesitó coraje, fortaleza y unos pocos meses para adaptarse y pasar del triatlón elite al paratriatlón. Así, pudo continuar compitiendo en el deporte que ama con pasión. Su nueva meta está en los Juegos del Commonwealth, y su segunda colocación en St. Kilda la ubica como una de las posibles australianas que representarán a su país en dichos juegos que tendrán lugar en Gold Coast en el mes de abril.
La transición de Lauren al deporte adaptado ha sido una de las más veloces de acuerdo con los registros de la ITU, siendo posible por su inigualable fuerza de voluntad y determinación, y porque reside en Newcastle, donde también vive el múltiple medallista en el paramaratón Kurt Fearnley, junto a su entrenador Andrew Dawes y su esposa Christie, medallista paralímpica. La experiencia y sabiduría de la pareja y su entrenador ha sido determinantes en ayudar a Lauren a adaptarse rápidamente al deporte en silla de ruedas.
Lauren, atleta profesional comprometida con el deporte y amante del triatlón, se negó cuando Kurt le sugirió hacer maratón en silla de ruedas unos pocos meses después del accidente; ella continuaba enfocada en regresar al triatlón.
Lauren no es la primera triatleta que se adapta al paratriatlón luego de un accidente o enfermedad. El francés Yannick Bourseaux necesitó un año para hacer la trancisión, combinando el paratriatlón con el esquí nórdico después de su accidente. Por su parte, la española Eva Maria Moral necesitó poco más de un año para habituarse a su bicileta manual y a la emoción del paratriatlón tras un accidente que también la dejó en silla de ruedas.
Con la ayuda de muchos amigos dentro de la comunidad del triatlón, y el consejo de su amigo y atleta de Ironman Brad Fernley –que pedaleaba con ella el día del accidente – Lauren fue capaz de comenzar a entrenar para el paratriatlón, aún antes de recibir permiso para conducir un automóvil. Y menos de nueve meses después del accidente, llegó el gran día en St. Kilda, primera competencia de paratriatlón del año, en la que compitió en la clase PTWC y cruzó la meta en segundo lugar.
“Estamos tan emocionados con el potencial de nuestras mujeres del PTWC australiano, con Emily Tapp, Sarah Tait y ahora Lauren, además del gran talento que se está mostrando en atletas de todo el mundo. Anticipamos que habrá mucha acción en el paratriatlón en estos años que vienen”, dijo Kathryn Periac, Directora del Paratriatlón de Alto Rendimiento del Triatlón de Australia.
La clase del PTWC femenino estará representada en los Juegos del Commonwealth en Gold Coast 2018, mismo lugar en el que competirán los paratriatletas por títulos mundiales en septiembre.