La neozelandesa Erin Baker fue la primera Campeona Mundial de ITU, coronada en Avignon, Francia en el año 1989 cuando ganó la competencia femenina elite. Luego de este triunfo, se adjudicó dos títulos Ironman y es una de las triatletas femeninas más exitosas en el mundo del triatlón, con alrededor de 100 victorias en su haber. Durante la copa Mundial Auckland 2011, nos encontramos con Erin y hablamos con la legendaria triatleta.
ITU: Recuerdo una anécdota de tu niñez, tu madre estaba preocupada porque en tu primera carrera a pie no tuviste demasiado éxito pero en realidad se la perdió. ¿Es eto así?
Erin Baker: Éramos una familia numerosa, de clase trabajadora y siempre hacíamos deporte. Mi padre solía decir que quería que sus seis hijas no se metieran en problemas, cualquier tipo de problemas, así que siempre participábamos en actividades deportivas. Usualmente nadaba, y me gustaba correr desde y hasta la piscina. Un día decidí entrar en un evento de carrera a pie y lo gané. Mi madre no me vio y se sintió avergonzada porque creyó que había llegado última…cuando en realidad fui primera.
Recordemos a esa joven de 15 años ganando su primera carrera a campo traviesa, ¿qué sucedió luego, comenzaste a correr más?
Por un tiempo hice las dos actividades, pertenecía a la generación que nadaba de los ocho a los nueve años, a los 15 era demasiado mayor para nadar, así que fue allí cuando comencé a correr. Claramente no iba a llegar a ser nadadora olímpica, podría ser buena, no fabulosa. Correr a pie se me dio mejor, lo hice bien al principio y después de cierto modo también me hice muy mayor. Aún era muy joven, por supuesto, tenía 18 o 19 años, estaba más pesada y no muy segura de mi rumbo. Tres o cuatro años más tarde entré al triatlón.
Erin Baker y Rick Wells, que llegó para el bronce en el primer Campeonato Mundial ITU en 1989, en la ceremonia de apertura de la Copa Mundo Auckland 2011
¿Cómo fue tu comienzo en este deporte?, Obviamente Nueva Zelanda siempre ha estado en la primera línea durante estos 25 años.
Vivía y trabajaba en Australia, tenía más o menos 21 años, y esto se hacía popular en Australia. Estaba en el momento y lugar adecuados. Trabajaba cerca del lugar donde se practicaba triatlón, un lugar que se llama Royal National Parks, y pensé…qué bueno, lo voy a hacer. Normalmente iba al trabajo en bicicleta, o si no corría. Primordialmente comencé porque no tenía mucho dinero, así que entré para tratar de ganar dinero. Recuerdé que había visto a Allison Roe ganar un evento en Nueva Zelanda, el triatlón de Les Mills, Les Mills es aún importante. Sabía acerca de esta competencia de Nueva Zelanda, pero de hecho arranqué en Australia.
Hablemos de lo que pasó de ahí en más, pasaste de ganar unas cuantas carreras locales a tomar el tema con mayor seriedad y pensar en que inclusive podría convertirse en tu carrera. ¿Cómo ocurrió esta transformación?
Rápidamente, participé en dos o tres eventos en Australia, fui a Noosa y gané, fui a una carrera con el nombre de Coral Coast en Cairns, creo que allí fui segunda, después participé en una tercera competencia. Entonces me enteré de un gran evento que se desarrollaría al año siguiente en un lugar llamado Foster. Realmente no sé cómo me enteré, porque internet todavía no era parte de nuestras vidas y tampoco compraba revistas, pero lo cierto es que me enteré. Por alguna razón decidí que lo mejor sería volver a Nueva Zelanda y entrenar. Probablemente fue una decisión financiera porque vivía en Sídney y trabajaba mucho. Así que volví a mi país y entrené allí, me enganché con John Hellemans a quien accedí por medio de mi club de carreras, y él me dio una idea más clara de lo que debía hacer. Y me dirigí a Foster Tuncurry y gané, gané 12.000 dólares, que era como la paga de todo un año. Cambié de vida. John me encaminó, consiguió un patrocinador, Koga-Miyata, creo, una gran compañía holandesa. Terminé en Holanda, me alojó una familia, luego viví sola, fui a Alemania, no hablaba otros idiomas así que entrenaba muchísimo. Eventualmente. Creo que en el mismo año, apareció esta persona de Le Cog Sportif en un BMW negro y dijo que me quería patrocinar por seis años, o algo así…fue increíble. Un par de semanas más tarde me encontré volando a Paris y firmando este contrato con Le Cog Sportif. Ellos tenían un sub contrato con las bicicletas Look y me pagaban. Recuerdo estar en Paris y pensar: “Mi Dios, qué es todo esto.” Al salir del lugar donde se firmó el contrato vi un negocio, un Loui Vuitton o algo por el estilo. Nunca en la vida podría haber pensado en comprar algo allí, pero entré y compré un par de anteojos y pensé que realmente lo había logrado.
Se te conoce como una dama que se atiene a sus principios, Les McDonald manifiesta que una de las razones por las que el premio en dinero es el mismo, la distancia es la misma, es porque hay gente como tú, que no recibe un “no” por respuesta.
Es maravilloso escuchar a Les decir esto. Me invitaron a Canterbury, mi área, al Hall of Fame, y me preguntaron por qué me gustaría ser recordada. Yo dije “por jugar limpio”, quiero que me recuerden por esto.
Recuerdos del primer Campeonato Mundial de ITU:
Recuerdo que estaba pedaleando junto a Jan Ripple y pensar que la podía pasar. Recuerdo que nadamos bajo un puente. No me acuerdo cuánto dinero había en juego, pero sí que usaba un traje de baño con rayas rosas y blancas. Mark (Allen) tenía uno igual. Tuve este traje por años…
Tu record es de, 104 triunfos en 121 carreras, es impresionante. ¿Recuerda alguna carrera en la que te sentiste realmente invencible?
Hubo dos, una de las carreras Nice que gané por 40 minutos, creo. Estaba completamente concentrada. Cuando corría bien, solía pensar que era como Greta Waitz (maratonista noruega). Ese día me sentí como Greta y corrí increíblemente bien. Lo mismo me pasó en Penticton (Ironman de Canadá). Nunca comí o bebí algo al pedalear, había competido en Hawaii y había ganado una carrera, y salido segunda en otra. Pero sentí que había que hacer algo con mi nutrición al pedalear, recuerdo que tenía esta bebida de banana llamada gatalode, era lo único que mi estómago aguantaba. Pasé todo el recorrido en bicicleta bebiendo el gatalode. Fue una prueba, absolutamente. Solo quería ver cómo resultaba, al desmontar la bicicleta estaba bastante atrás, y luego…era Grete Waitz nuevamente. Hice dos horas y 49 minutos, y mi esposo (Scott Molina) fue el único que pudo vencerme ese día, hizo 2.48.
¿Cómo fue que decidiste retirarte?
Cuando me case con Scott, no quise seguir para siempre, y Scott me dijo que había dos maneras de salir del deporte: “te retiras” o “te ves obligado por estar lesionado”. Y yo no quería pertenecer al segundo grupo. Siempre fui muy decidida, en el pasado siempre era blanco o negro, y entonces supe que ya era la hora. Ya teníamos nuestro primer hijo, Miguel. En realidad no planeaba competir después de tenerlo pero tuve una buena oferta de Reebok y cambié de parecer. Y luego sentí que todo había acabado, la vida había sido muy generosa conmigo, no puedo creer que permanecí en el deporte por tanto tiempo, y conseguido un marido maravilloso gracias al deporte también. Pero eso era todo. Había que tomar un nuevo rumbo.
¿Qué es lo que hace que Scott Molina, tu marido, sea tan especial?
Nadie podría haberme apoyado así, no es para nada egoísta. Sabe amar a la gente, es amable… con respecto al triatlón, siempre me permitió hacer todo lo que quería. Quizá en el momento no me daba cuenta de ello, pero sé que se sacrificó por mí. Y aún lo hace. Siempre está cuando lo necesitas, es una persona excelente. La gente lo adora, todos lo quieren.