Nicola Spirig (SUI) es reina cuando se trata de la competencia elite y las condiciones extremas. En 2012 ganó el oro de los Juegos Olímpicos de Londres, muestra de su experencia y sabiduría para conquistar títulos exclusivos.
Sus capacidades en 2015 no fueron diferentes.
En el año inaugural de los Juegos Europeos de Baku en junio, Spirig logró quedarse con la medalla dorada, momento que merece estar en la lista de lo mejor del 2015.
La carrera comenzó con una etapa de natación difícil dadas las condiciones climáticas; el fuerte viento obligó a los oficiales técnicos a decidir que los nadadores se mantuvieran en el agua durante todo el segmento, en lugar de subir al pontón al final de la vuelta para zambullirse nuevamente. Spirig nadó con solidez pero salió de la T1 entre las perseguidoras.
Durante la mayor parte de la segunda etapa, Spirig estuvo a cargo de la persecución y encontró esa energía extra que necesitaba para llegar sola hasta las líderes. Cuando las mujeres entraron en la T2, Spirig estaba a la cabeza junto a Rachel Klamer (NED) y Lisa Norden (SWE).
En el segmento a pie Spirig demostró su valía: con unos pocos pasos se desprendió de sus oponentes y llegó a la meta con suficiente ventaja para disfrutar de la medalla dorada sin sobresaltos.