Para cada atleta que llegó a Tokio 2020 el camino estuvo lleno de desafíos y emociones. Para aquellos que provienen de algunas de las naciones más pequeñas en la comunidad del triatlón, esos desafíos y emociones se intensifican. El camino para llegar hasta las carreras, encontrar patrocinadores y buscar oportunidades de entrenamiento nunca es directo.

Tres hombres y tres mujeres del Equipo ASICS del Triatlón Mundial llegaron a Tokio 2020: Kaidi Kivioja (EST), Mehdi Essadiq (MAR), Romina Biagioli (ARG), Diego Moya (CHI), Basmla Elsalamoney (EGY) y Mohamad Maso (SYR). Cada uno tuvo su experiencia única el día de la competencia, pero todos usaron las oportunidades que se desprenden de ser parte del programa de desarrollo del triatlón.

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Basmla Elsalamoney fue el primer triatleta de Egipto en haber llegado a competir en un Juego Olímpico. Quizás la carrera no se dio como estaba planeada y la curva de aprendizaje fue pronunciada, pero estas circunstancias fortalecieron su determinación.

“Para ser sincero, tuve bastante temor, nunca había visto un tifón, ni siquiera me había preparado para el clima tan lluvioso porque acá en Egipto casi nunca llueve,” dijo. “Puse la alarma a las 2:30 en la mañana, bastante temprano, pero estaba preparado para eso.”

“Me sentí muy bien en el agua, muy cómodo cuando precalentamos, por eso esperaba nadar mejor. Cuando iba hacia la primera boya se hizo muy difícil, pero pude quedar bien ubicado en el pelotón. Después, antes de terminar la primera vuelta empecé a perder contacto con los pies de los nadadores que iban adelante y terminé nadando solo.”

“Aunque el resultado no fue el que esperaba, me llevo muchas cosas positivas y aprendí mucho. Fue un privilegio representar a mi país al máximo nivel competencia, en un Juego Olímpico, por primera vez en la historia del Triatlón de Egipto.”

“Realmente, es mi primer Juego Olímpico, y creo que no lo hubiera logrado sin el equipo. Me siento bendecido de ser parte del Equipo de Desarrollo del Triatlón Mundial, y quisiera expresarles mi gratitud por todos sus esfuerzos y apoyo.”

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El chileno Diego Moya usó su confianza en la natación para cumplir una meta importante en esta etapa. Además, estuvo decidido a disfrutar de la experiencia de correr a ese nivel sin sentir tanta presión.

“Estoy agradecido por toda la experiencia d ellos Juegos,” dijo. “No fui con tantas expectativas, solo quería aprender y divertirme. Fue maravilloso ver a otros atletas, no solamente triatletas, de otros deportes también. Todos felices y disfrutando de los Juegos como yo.”

“No sentí presión antes de la carrera … mis sentimientos fueron de felicidad completa. Estoy agradecido de haber estado en mi primer Juego Olímpico. Hablé con mi entrenadora antes de la carrera y le dije que iba a ser el primero en llegar a la primera boya. ¡Y lo fui! Sabía que todavía no puedo dar pelea en la carrera a pie, por eso me concentré en la natación y bicicleta durante la preparación y estoy muy satisfecho con mi rendimiento en el agua.”

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Para Kaidi Kivioja de Estonia, la segunda experiencia olímpica no fue la que soñaba, pero su reflexión sincera es parte de lo que la impulsa a fijarse nuevas metas para estos tres años que faltan hasta París 2024.

“Cuando vi las condiciones climáticas el día de la carrera supe que no habría mucho para pensar,” admite. “Simplemente tienes que enfrentarlas y adaptarte. Salí a correr a las 3am como todas las mañanas y estaba diluviando así que tuve que correr en el sótano del edificio de la villa olímpica. De hecho, puedes hacer una vuelta porque conecta dos edificios. En ese momento decidí que no iba a llevar mi chaleco de refrigeración al circuito … cuando estaba en la largada, vi que todas estábamos heladas, Creo que todas pensamos: ‘’¡¿Quién podría haber imaginado estas condiciones?!’’

“Y largamos, lo hice bastante bien y quedé en un grupo rodeado por muchas atletas. Estaba en el extremo más alejado, y recuerdo que pensé ‘‘Ok, Kaidi, esto es lo que hay, estás en un grupo’‘. Cuando llegamos a las últimas dos boyas de la primera vuelta, se aceleró el ritmo y no pude igualar la aceleración. Y una vez que se abre una brecha es muy difícil superarla, porque cada vez se hace más grande.”

“Me sentí débil cuando empecé a pedalear, no tenía mi fuerza habitual tampoco en la bicicleta … Honestamente, no puedo sacar nada muy positivo de la carrera en sí porque nada salió como lo había planeado. Pero estoy orgullosa de mi camino hasta los Juegos, porque di lo mejor cada día. Obviamente, si quiero clasificar para París, necesito perfeccionar la natación, pero necesito más tiempo para darme cuenta cuál es el mejor modo de hacerlo. Agradezco al equipo ASICS del Triatlón Mundial por su apoyo, ayuda y porque creyeron en mí en todos estos años. Todos los atletas en el equipo tuvieron que dar sus propias luchas y superar sus propias dificultades para llegar tan lejos y eso es muy motivante. Es un gran honor ser parte de este equipo genial.”

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Mohamad Maso recibió la invitación Tripartita del COI para participar en los Juegos Olímpicos y aprovechó la experiencia al máximo, incluyendo la atención que recibió por parte de los medios porque él y su hermano fueron dos de los únicos seis atletas sirios en llegar a Tokio 2020. Además, había dejado su país natal con poco más que su traje de triatlón y un par de zapatillas en 2015.

“Fue una experiencia asombrosa, fui parte de la historia y todavía no lo puedo creer porque hace solo tres años que entreno como triatleta profesional,” dice el atleta de 28 años. “Siempre tuve que luchar para conseguir visas para cada carrera internacional, y a veces me las negaban, así que fue un camino accidentado con muchos obstáculos. Pero me siento tan feliz de haber llegado.

“Es muy importante todo lo que hicieron en Japón y la comunidad olímpica para que se pudieran realizar los Juegos y que pudiéramos disfrutar los Juegos.”

“Estar en la largada con los mejores atletas del mundo fue un honor y un sueño, porque cuando miro atrás, hace diez años empezaba a hacer tría en Aleppo, y veía a muchos de esos atletas por TV ¡y de repente estaba corriendo con ellos!”

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Mehdi Essadiq fue el primer triatleta de Marruecos en participar en un Juego Olímpico y abanderado de África en la Ceremonia de Apertura. Sabiendo que esta era su última chance de llegar a los Juegos fue una presión, pero la experiencia de vivir la aventura de Tokio 2020 lo llenó de orgullo.

“Fue una experiencia increíble, llena de emociones desde el primer día en Tokio,” recuerda. “Tuve la sorpresa más linda cuando mi CON me anunció que había sido seleccionado para llevar la bandera en la Ceremonia de Apertura. Sentí tanto orgullo y humildad porque tuve que luchar todos estos años en los que combiné mi carrera médica y el triatlón, especialmente este último año durante la pandemia. Me sentí bendecido y agradecido.”

“Comencé en el Triatlón Mundial en 2008, y en ese momento no había una federación real en mi país y corría bajo la bandera de la ITU. Más de una aventura deportiva que me ayudó a ser atleta de alto rendimiento, fue una hermosa experiencia a nivel humano que me permitió conocer atletas increíbles y viajar por todo el mundo. Voy a estar eternamente agradecido y espero que esta participación ayudará a que el triatlón crezca en mi país.”

“Sabía que mi familia y amigos me estaban mirando. Pensaba en mi esposa que hizo tantos sacrificios para verme en un Juego Olímpico. Ella mereció este momento tanto como yo. Pensaba en mis padres y esperaba que disfrutaran de la carrera tanto como yo. Sabía que lo más importante para ellos era verme cruzar la meta y regresar a casa sano. También pensaba en todos los que me ayudaron durante el proceso…me sentí bendecido por poder concretar mi sueño.”

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Si llegar a los Juegos fue un logro impresionante, las complicaciones causadas por la pandemia y sus lesiones camino a Tokio hicieron que el proceso fuera más difícil para la argentina Romina Biagioli , única triatleta de este país que compitió en Tokio 2020.

“Puedo decir que mi sueño se hizo realidad porque siempre quise participar en un Juego Olímpico,” dice, y también agrega; “No lo disfruté como hubiera querido porque siento que todo fue extraño; el proceso clasificatorio y el evento en sí. Tuve un accidente y me fracturé las costillas en una de las carreras cuando estaba buscando puntos. Fue muy difícil saber que aún si clasificaba, la preparación para Tokio no sería la que quería. Tuve que hacer lo que la lesión me permitía, fue un día a día.”

“La Villa es increíble, tuve la oportunidad de visitar la de Londres 2012 cuando fui a ver a mi hermana, pero ahora fui una de las competidoras y es tan diferente, me siento tan orgullosa – Argentina estuvo representada en el triatlón olímpico femenino una sola vez en 2004. Haré lo posible para motivar a más chicas en mi país y en Sudamérica.”

“Agradezco al equipo ASICS y creo que muchas carreras en el primer período habrían sido imposibles sin su apoyo. Estuve entre las diez mejores en una Copa Mundo siendo arte de este equipo y eso es algo que agradeceré siempre.”